La corrosión es un desafío conocido a nivel mundial, con efectos ampliamente reconocidos. Según una investigación realizada por la Zinc Association (IZA), respaldada por la Universidad de São Paulo (USP), se estima que los costos relacionados con la corrosión representan aproximadamente el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil.
Imaginar que alrededor del 4% de los ingresos de su empresa se corren diariamente debido a este problema es, por lo menos, un ejercicio perturbador.
Sin embargo, lo que se oculta bajo la superficie es aún más impactante. La corrosión no se limita al desgaste de materiales y los costos asociados con la reposición de materias primas. Se infiltra en diversas áreas de nuestras operaciones, desde los costos logísticos relacionados con productos rechazados hasta los gastos en mano de obra y maquinaria para reparaciones y sustituciones. Además, enfrentamos el costo de oportunidades, ya que los recursos que podrían ser dirigidos al crecimiento y adquisición de nuevos clientes terminan siendo asignados para lidiar con las consecuencias de la corrosión.
Otro aspecto igualmente relevante es el impacto potencial en la reputación de nuestra empresa. La corrosión no solo afecta nuestra línea de producción, sino también la confianza que nuestros clientes depositan en nosotros. Un solo incidente puede socavar años de trabajo arduo en la construcción de una imagen sólida.
La suma de estos factores lleva a los expertos a afirmar que las pérdidas derivadas de la corrosión pueden superar, en algunos casos, el 30% de la rentabilidad, variando según el sector de actividad.
Sin embargo, es importante dejar claro que no estoy diciendo que no haya solución para minimizar el impacto de la corrosión en la industria. Trabajo con soluciones anticorrosivas desde hace más de 30 años y sé de su eficiencia. Solo debemos ser conscientes de que buscar una solución no debe resultar en un nuevo problema.
Corrosión financiera
Diversas empresas incorporan etapas de protección contra corrosión en sus procesos de producción. Sin embargo, al igual que la propia corrosión, este enfoque puede ocultar una serie de gastos que no son inmediatamente perceptibles y que pueden comprometer tanto la productividad como la rentabilidad. Esto es lo que podemos llamar “corrosión de las ganancias”.
Tomemos, por ejemplo, la elección de utilizar un aceite protector, una práctica adoptada por una parte considerable de las empresas. Este enfoque acabará incorporando un costo ineficaz en su línea de producción. Además, se asignarán horas de funcionamiento de sus máquinas y mano de obra a esta etapa del proceso, posiblemente requiriendo también más tiempo para la eliminación de ese protector, ya sea para las siguientes etapas del proceso o para la gestión logística.
Ejemplo de un proceso de mecanizado usando aceite protector
En este punto, creo que ya está visualizando el escenario. La adición de dos etapas a su línea de producción resultará en una reducción considerable en la cantidad de productos fabricados diariamente – imaginemos que caigan de 100 unidades a 80 por hora. Sume a eso el costo de los profesionales dedicados a la aplicación y eliminación de estos protectores, sumando tributos y cargos laborales, el costo del fluido protector, consumo de agua y energía en ese proceso, además de otros posibles gastos, tales como pasivos laborales y ambientales relacionados con el uso de este tipo de producto.
Este es el proceso de corrosión de sus ganancias. Aunque esto pueda estar consumiendo una parte considerable de sus resultados financieros, sepa que esta situación es evitable.
Se necesita una solución innovadora
En un contexto como este surge la necesidad de una solución diferente, una visión más inteligente e integrada.
Este tipo de desafío es lo que ha impulsado durante más de 30 años a VCI Brasil en la búsqueda de soluciones innovadoras y eficientes contra la corrosión. Nuestra tecnología V-active es una prueba concreta de ello. Nuestros fluidos no solo protegen contra la corrosión, sino que también eliminan etapas innecesarias, optimizando recursos y reduciendo costos.
La tecnología V-Active permite la creación de soluciones 3 en 1 para procesos de mecanizado y limpieza (fluidos de corte CNC y fluidos desengrasantes), ofreciendo múltiples beneficios en una sola operación: mecanizado / limpieza, protección contra la corrosión y reducción de las etapas productivas.
Cabe destacar también que, al ser una solución a base de agua, la tecnología V-active no representa riesgos para la salud humana ni para el medio ambiente, reafirmando el compromiso con la vida y evitando posibles pasivos laborales y ambientales.
La búsqueda de soluciones más inteligentes es un viaje continuo y compartido, que no solo protege nuestras ganancias, sino que también nos posiciona como líderes con visión en nuestros sectores. ¿Quiere saber más sobre nuestras soluciones anticorrosivas o profundizar esta conversación? Entonces, póngase en contacto con nosotros.
